27 junio 2007

¡Felicidades Don Antonio!


¡Bienvenid@s al oratorio virtual Savio! Desde este blog queremos felicitar a nuestro querido sacerdote cibernético D. Antonio Altarejos García, salesiano de Don Bosco. Todas las semanas y puntualmente escribe correos a sus amigos haciendo apostolado. Nos acordamos de él hoy que cumple nada más y nada menos que 53 años como sacerdote al servicio de la Iglesia. ¡Felicidades Don Antonio en este aniversario!. Desde este lugar de oración nos unimos a sus intenciones y le pedimos que también usted rece por todos nosotros. Aquí os dejamos el último mensaje enviado:

DESCONOZCO AL AUTOR DEL TEXTO.- NO SE REFIERE A MI.- QUISERA SER SACERDOTE COMO EL QUE DESCRIBE . PARA ESO REZAD POR MÍ.- GRACIAS..- MAÑANA EN MI MISA OS RECUERDO.

"Hace poco, fui a misa. Sentía una necesidad de ir a la Iglesia y saludar a Jesús, de participar de la Eucaristía. Me encontré con un sacerdote diferente. Celebraba la misa con una particular devoción. Me impresionó cuando elevó las especies consagradas y las miraba con tal cariño, con una ternura tan grande y profunda, que te llegaba al alma.

La misa continuó y nos sentimos transportados al Paraíso, en la presencia de Jesús. Cuando terminó, fui a la sacristía, y le dije emocionado: “Gracias... por ese amor y delicadezas con el buen Jesús, por su amor a Jesús Sacramentado”.

Me tomó de las manos agradecido. Sonrió y me dijo algo que nunca olvido: “Rece mucho por mí”. En ese momento pensé: “¿Cómo un hombre santo me pide que rece por él?”

A menudo reflexiono en ello: “Rezar por los sacerdotes”. Comprendí que se parecen tanto a nosotros. Y a la vez, son tan diferentes. Tienen algo de sagrado, un Cristo metido en sus almas, que nos ve a través de ellos y nos bendice y nos perdona.

Pienso también en su gran lucha espiritual. Son los más atacados y golpeados. Por los que no les comprenden. Por los que hablan mal de ellos. ¿Te has dado cuenta? Cargan con sus problemas y con los nuestros. Es justo que también lleven, en sus almas, nuestras oraciones y nuestro afecto.

Siempre he tenido un cariño muy particular por los sacerdotes, sin importar su carácter, su raza o su idioma. Me han dado los mejores consejos. Han estado presentes en los momentos más importantes de mi vida. Y he tenido la gracia de conocer y cultivado la amistad de algunos.

Qué bueno saber que aún hay almas que se atreven a vivir el Evangelio, a escuchar el llamado de Jesús.

Hay que ser valientes, decididos, y tener una confianza grande en la voluntad del Padre. Abandonarse en sus brazos. Esto es un sacerdote: un Cristo en la tierra.

Pidamos por ellos, para que Dios, en su bondad infinita, les preserve de todo mal y los haga crecer en santidad.

¿Eres sacerdote? "Gracias”. “Gracias, por tu entrega". "Gracias por tu amor a Jesús Sacramentado". “Por tu fidelidad”. “Por enseñarnos el camino”. “Dios te bendiga”.

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